Una factura proforma es una factura provisional que entregaremos al cliente donde especificaremos los detalles de una futura actividad comercial. Es decir, en ésta, incluiremos un precio, una base y unos impuestos que corresponden a las condiciones por las que facturaríamos unos servicios. Como haríamos con un presupuesto.
Únicamente cuenta con carácter informativo, por lo que no formará parte de la contabilidad de la empresa. Es decir, no la declararemos ni liquidaremos. Servirá para informar y acordar las condiciones de la venta de nuestro servicio o producto a nuestros clientes.
Ahora bien, si nunca puedes llegar a tener problemas con algún cliente porque no te paga o porque no llegáis a un acuerdo, la factura proforma, como comentábamos, es un documento que acredita, legalmente, que ha habido algún indicio de actividad.
Hay una gran cantidad de datos que podemos incluir en ella. Normalmente, añadiremos todos los campos requeridos en cualquiera convencional, especificando que se trata de una factura proforma en el encabezado de ésta. De este modo, podemos encontrar la siguiente información:
Podemos realizar una proforma en diversas ocasiones. El momento más común para entregarla se produce cuando el servicio que prestaremos ya ha sido acordado con el cliente, o cuando el cliente ya nos haya realizado el pedido pero no lo ha pagado todavía.
Otro caso en el que puede ser interesante realizar un modelo proforma, se produce cuando debemos realizar operaciones exteriores, es decir, cuando un producto pase por aduanas, para tener en cuenta el valor que se deberá pagar.